Opinión

Profanadores de tumbas

Pedro Sánchez durante su visita al laboratorio forense del Valle de los Caídos la semana pasada.

Pedro Sánchez durante su visita al laboratorio forense del Valle de los Caídos la semana pasada.

  1. Opinión
  2. Blog del suscriptor

Una de las cosas que separa al ser humano del resto de los animales y que le hace especial y diferente, son los ritos funerarios con los que se muestra respeto y se recuerda a los muertos.

La muerte es algo tan trascendente e inmanejable para los que quedan aquí que tienen que lidiar con la dolorosa desaparición de un ser querido, manteniéndolo en la memoria y honrándolo, recurriendo a ceremonias colectivas para encontrar consuelo. Y para los creyentes, si no se puede dar ese descanso y esa despedida entre sus ritos, implica no poder ponerle a disposición de su salvación.

El derecho a enterrar los muertos donde cada uno quiera, y como y quiera, casi siempre se ha respetado, incluso en los campos de batalla. Por eso desde siempre uno de los actos más dolorosos y de desolación es el que produce el hecho de no tener el cuerpo del ser querido y que te roben esa liturgia final; pero el mismo dolor y desolación produce que los restos de los muertos no los dejen descansar en paz profanándolos; bien removiéndolos, aventándolos, exponiéndolos, o grabarlos y fotografiarlos para mostrarlos cual trofeos de guerra.

En la Ilíada, cuando Aquiles, cegado de ira, mata en combate al príncipe Héctor y perpetra con su cuerpo la mayor y más inconcebible de las injusticias y desprecios; robar el cadáver y exponerlo públicamente a la intemperie durante 12 días. Ante ese gran dolor por su hijo, su anciano padre, el rey Príamo, solo, disfrazado, y aun a riesgo de su vida, llega hasta el campamento de Aquiles y le suplicar de rodillas que le devuelva el cadáver de su hijo para poder darle el descanso que merece. Algo a lo que accede hasta el despiadado Aquiles una vez vaciado de esa ira, reconociendo en la humildad de ese acto que quien no respeta los muertos, no respeta nada. Ni siquiera a sí mismo; y no es merecedor de salvación.

Desde la sanchosfera no paran de repetir que, durante toda la democracia en España no se ha intentado resarcir a los perjudicados del bando perdedor de la guerra; y así, hicieron la "ley de Memoria Histórica", que luego cambiaron por otra redactada por ETA, la "ley de Memoria Democrática", aunque desde 1976 son múltiples las leyes promulgadas de reparación al "Bando Republicano".

Según el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, el hermano Ángel Víctor Torres, con estas leyes de "Memoria" se han realizado: algo más de 590 actuaciones y recuperando cerca de 4.500 cuerpos (en estos no cuentan los encontrados del bando nacional, que vuelven a dejar sin exhumar). Para estas recuperaciones se han gastado más de 31 millones de euros, de los cuales, sólo el 25% (más o menos) se ha empleado en a recuperar los restos de las víctimas republicanas de la guerra, el resto, aprox. El 75% se ha ido en gastos, sueldos y propaganda de las asociaciones escarbadoras de tan suculentos dineros públicos.

Ante las innumerables noticias de presuntos nuevos casos de: corrupción, prevaricación, la ley de Amnistía, y la aprobación de la ley de votación de secesión de parte de Comunidades Autónomas, la sanchosfera ha vuelto a utilizar el francomodín.

Recién llegado el presidente de Gobierno, Pedro Sánchez Pérez-Castejón, de someterse, adular, e inclinarse innumerables veces ante los sátrapas de los países islámicos, donde los derechos de la mujer y los homosexuales brillan por su crueldad, con marcial aire de victoria se puso a caminar altivamente por la explanada del Valle de los Caídos hacia su entrada triunfal al escogido Osario detrás del Santo Sepulcro, cerrado al culto desde 2022 por él mismo, donde se encuentran los restos de la represión roja, flanqueado por múltiples escoltas, varios fotógrafos. Recogiendo el testigo de la última vez que atravesó esa Plaza del Valle de los Caídos, también llamado Pinar de Cuelga Moros, un presidente de Gobierno, Francisco Franco.

En el plató elegido y con la escenografía montada con múltiples huesos y calaveras del bando nacional de la Guerra Civil expuestos para la sesión fotográfica de propaganda, le esperaban prestos los forenses venidos expreso desde Granada para tal baño de propaganda presidencial, y que rápidamente tras terminar la sesión de propaganda volvieron a Granada, pues desde el 7 de enero los trabajos están paralizados y nadie apare por allí. Ni tan siquiera podían ir los familiares de las víctimas, a los que tenían expresamente prohibidas las visitas a sus muertos.

Este tipo de humillación de los que gusta hacer propaganda Sánchez, moviéndose con aire triunfante entre profanadores de tumbas y exhibicionistas de huesos y calaveras de la Guerra Civil, para tratar de tapar los oscuros negocios regados de dinero público, de su mujer Begoña, le traen los aplausos y jaleos de los incondicionales del lado del muro que ha levantado la sanchosfera, atemorizados por perder las gabelas que les regala; pero también le traerá la maldición de "FrancocamOn"; que será terrible.