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Observatorio de la Energía

La central nuclear de Almaraz I podría detener su cierre tras el cambio de ciclo en las elecciones europeas

Ha pasado un año desde que Alemania cerró su última central nuclear, completando un plan de eliminación gradual que comenzó en el año 2000.

24 abril, 2024 02:04

El futuro de la energía nuclear en Europa podría cambiar en las próximas elecciones europeas, que se celebran el próximo 9 de junio. No solo por un posible cambio de color político en el Parlamento Europeo, que podría ser más conservador y pronuclear, sino porque en las últimas encuestas que se han realizado hay una mayor aceptación social que años atrás.

Y en España, el calendario de cierre de las centrales nucleares, por el momento, se mantiene intacto desde que se firmó el pacto en marzo de 2019 entre las tres grandes propietarias (Iberdrola, Endesa y Naturgy) con la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera.

Ese protocolo de intenciones establece un proceso de cese ordenado de la operación de las plantas, comenzando en 2027 con el primer reactor de la central nuclear de Almaraz (Cáceres). Para ello, sus propietarios deberán solicitar su cierre el próximo mes de noviembre. O no.

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"La situación actual no tiene nada que ver con la de 2019, en estos años hemos sufrido una pandemia y las consecuencias energéticas de la guerra de Ucrania, que encima se van agravando con otros conflictos", ha explicado Ignacio Araluce, presidente de Foro Nuclear, que agrupa a las eléctricas titulares de las centrales nucleares españolas, en la presentación del informe anual 'Resultados nucleares y perspectivas de futuro'.

Todo ello "ha puesto al mundo en un estrés tremendo desde el punto de vista energético", y ha empujado a que "prácticamente todos" los países que tienen centrales nucleares hayan decidido extender su vida útil y crear nuevos reactores. E incluso, "muchos" han decido empezar a construirlos. "Toda Europa va por un camino, salvo Alemania y España", agrega.

En los próximos meses, se esperan muchos cambios políticos en el tablero europeo y español. No solo podría cambiar el equilibrio de fuerzas el Parlamento Europeo, también se compondrá una nueva Comisión Europea. Y si se cumplen los objetivos del Gobierno de Pedro Sánchez, la actual vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, llegaría a ser comisaria europea de Energía

"Quedan muchas incógnitas todavía por resolver este año, pero desde Europa las cosas se ven diferentes", ha dicho Araluce. Y ha puesto como ejemplo la posición de la exvicepresidenta primera y ministra de Economía Nadia Calviño, contraria a la energía nuclear, "pero ahora que está al frente del Banco Europeo de Inversiones apoya invertir en el desarrollo de reactores nucleares".

Posición de las eléctricas

Y mientras se cambian las fichas en el plano político, a nivel empresarial podrían sonar tambores de guerra a finales de año entre las grandes eléctricas.

"Se espera un choque de trenes entre la estrategia de Iberdrola y Endesa con los plazos de cierre de las centrales nucleares", señalan fuentes del sector consultadas por EL ESPAÑOL-Invertia.

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"No es un secreto que las dos grandes propietarias del parque nuclear (Naturgy y EDP son accionistas minoritarios) tienen visiones distintas del futuro de estas centrales eléctricas", añaden.

Aunque ambas afirmen que se seguirá adelante con el cierre, las posiciones de cada una de ellas son diferentes. Para Endesa, el objetivo es que pueda cubrir los gastos, inversiones y amortizaciones que había previsto a más largo plazo, y para Iberdrola, técnicamente, sí podrían seguir operando más allá de la fecha límite, pero todo depende de si "se habla de la parte económica".

Cambio en la opinión pública

Cluster 17, en colaboración con beBartlet, ha presentado el primer estudio elaborado en España sobre la percepción de la sociedad de políticas públicas de transición ecológica. De ella, se rescata que la sociedad española está en su mayor parte a favor de la extensión de vida de las nucleares (58%).

Aún así, reconoce que los resultados de la encuesta revelan una sociedad española dividida en cuestiones medioambientales, con profundas brechas políticas e identitarias. "Aunque es consciente de los desafíos, muestra posiciones cautelosas hacia la transición energética y las políticas climáticas, especialmente por parte de determinados sectores políticos y sociales", apunta Jofre Bosch, socio y presidente de beBartlet.

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Y en Europa, hoy la atención se centra en los "pequeños reactores modulares" o SMR, una forma de energía nuclear de próxima generación que, según sus partidarios, revolucionará el acceso a la energía baja en carbono y los detractores temen que desvíe fondos públicos muy necesarios hacia una tecnología no probada.

Esta "marea nuclear europea", en palabras de Ignacio Araluce, está liderada por Francia, que impulsó inicialmente la alianza industrial "baby nuclear" el otoño pasado con sus socios pronucleares.

Países como Rumanía, Polonia, República Checa, Italia, Suecia, Finlandia, Estonia y Países Bajos también han expresado interés en esta tecnología. A principios de febrero, la comisaria de energía de la UE, Kadri Simson, dijo que el bloque debería intentar desplegar los primeros reactores para 2030.